La verdadera aventura fue llegar hasta allí. Salí de trabajar el viernes y me reuní a comer con algunos de mis compañeros a los que ya no vería en un buen tiempo. Fuimos cerca de la casa de ASM porque por su embarazo tiene que hacer reposo. Comimos muy rico en un italiano y me volví a las 4 con RBV en coche hasta Avda. de América.
Ahí tomé el metro hasta Méndez Álvaro, que es de donde salía mi bus a Valladolid. Sí, no me equivoco, Valladolid. Ahí me tenía que encontrar con AC, mi ex compi de piso, quien me pasaría a buscar en coche e iríamos hasta la casa de sus padres en Portugal. Él venía desde Daroca, un pueblo medieval cerca de Zaragoza donde trabaja en mkt de una bodega. Llegué al bus a la hora exacta, just in time, como siempre, todo fríamente calculado.
Al comenzar el viaje en bus me dormí automáticamente, para variar, para ser despertada por un llamado de AC diciéndome que había chochado 30 km antes de Valladolid y que él estaba bien, pero que su coche no funcionaba. Imagínense! Yo preocupadísima, pero sin poder hacer nada. Mi bus se demoró un poco porque estaba cortado el tunel a León, por lo que terminé llegando a las 7pm a Valladolid, pero sin nada que hacer.
AC muy atento me llamaba cada media hora o me mandaba un mensajito con el status de la cuestión. Por suerte finalmente no fue nada grave, él realmente no se hizo nada, aunque sí el coche. POr alguna distracción, en el radio urbano de un pueblo donde uno tiene que aminorar la velocidad, chocó la parte trasera de una camioneta bastante vieja y dura (aunque Nissan) bajo la cual se abolló su auto pequeñito. No iba fuerte y la camioneta estaba en stop, por lo que todo salió bastante bien y se hizo amigo de la gente a la que chocó. Qué personaje!
Yo mientras tanto en Valladolid entré a un SuperCor y compré litros de agua/jugo/aquarius/etc. porque moría de sed y deshidratación. Ah, y unas aceitunas para elevar mi tensión arterial con la sal. No tenía fuerzas para caminar (y después de la compra tenía demasiado peso para acarrear), así que no me dediqué a conocer la ciudad, sino que me compré un par de revistas del corazón, cosa que nunca hago, y me entretuve enterándome de la vida de los famosos y el cholulaje mundial y español. Bastante graciosa la experiencia.
Los tiempos se fueron alargando y AC terminó buscándome en un taxi (provisto por su aseguradora) en el que fuimos una hora y media más arriba de la ciudad de Porto, en la región de Minho, con el río homónimo que le da nombre, donde viven sus padres, en la Casa de Santamaría. El taxista era bastante insoportable. Cuando no nos dormíamos, hacía endless comparaciones sobre España-Portugal y la verdad es que me tenía harta. Yo de vez en cuando le daba charla para que el tipo no se durmiese y controlaba que la velocidad no pasara de 140km/hora.
Llegamos a las 5am y nos recibió su papá con el que charlamos un rato en la cocina. No se veía mucho, pero se podía vislumbrar un jardín exhuberante en medio de la montaña. Me indicaron el cuarto de invitados donde iba a dormir yo. La humedad era insoportable, pero poco a poco me fui acostumbrando. A la mañana siguiente me desperté, duché y salí a enfrentar el mundo exterior encontrándome con plantas preciosas, vegetación muy parecida a la de mi ciudad, Córdoba (Argentina), y una piscina preciosa.
Saludé a la madre de AC, quien me sirvió un cafecito y me senté a charlar también con el padre en la galería frente a la piscina, con una vista excelente. Una vez que AC se despertó tomamos el desayuno y luego partimos hacia Porto. El camino estaba lleno de quintitas y viñedos, era realmente precioso. En porto, sus puentes, sus callecitas y la arquitectura también. Los edificios son rectangulares, pero hay algo que les da una forma más cuadrada que rectangular, creo que tiene que ver con los techos a cuatro aguas en lugar de a dos aguas como normalmente uno ve.
En Porto, fuimos primero a la zona de Vila Nova de Gaia, más específicamente a la Praia de Lavadores, donde había una "casa" para que las mujeres de los pescadores lavaran la ropa! Era preciosa y moderna. No pude sacarle fotos. A su costado había sogas para colgar la ropa recién lavada. Bueno, allí AC finiquitó un tema con unos inquilinos que dejaban su piso. Charla interesante, en inglés por supuesto, y mientras ellos repasaban inventario y demás, yo me dediqué a intentar cargar mi cámara lomo con un rollo (carrete), cosa que finalmente, I achieved.
De ahí fuimos a la playa que queda cerquita, a ver esa zona que la están revalorizando y a comer un mixto (bikini, tostado o carlitos caliente clásico). De vuelta al auto esta vez para entrar en la ciudad propiamente dicha. Caminamos bastante con una humedad y un calor impresionantes. Tomé bastantes fotos del río y el puente que hizo el ingeniero Eiffel, una estructura que trae reminiscencias de la torre parisina.
La siguiente parada fue la Bodega Croft. Ahí hicimos el tour, que seguramente AC había hecho miles de veces. Interesante, pero creo que la humedad y el calor no me dejaban pensar mucho. Probé un porto blanco muy rico. De ahí ya volvimos porque había que hacer las compras para la barbacoa de fish que íbamos a comer esa tarde-noche.
Ducha por fin (me moría por tirarme a la pileta, pero me contuve hasta el día siguiente) y asado de pescado hecho por el padre. Su papá tiene Parkinson, enfermedad de la que no tenía experiencia de cerca y ha sido interesante. Durante todo el fin de semana y en especial esa noche se iban abriendo vinos que al final tenía yo que probar, porque era un crimen no hacerlo! También degusté vino de oporto de 10 años de antigüedad y otro de 20 años! Vintage Wine que se añeja en sus botellas en lugar de barricas (debo admitir mi ignorancia en el tema, pero la verdad es que no sabía que había vinos que pasaban directo a la botella!!!).
Buena conversación por supuesto, todo en inglés, yo intentando estar a la altura. La verdad es que fue fluido y lindo, porque a los ingleses no les importan los silencios en general, pueden soportarlos y disfrutarlos. Había esa noche una fiesta en el pueblo, se escuchaba música en el aire, pero decidimos no ir. Saludos de buenas noches y cada uno pa su cucha.
Al día siguiente nos levantamos temprano y partimos para la playa, con padres incluidos. Estuvimos allí toda la mañana, aunque a duras penas nos bañamos en el mar. Estaba tanto o más frío que en Chile. Me dolían los pies al meterlos en el agua. Luego de caminar un rato tocando el agua, los pies se iban más o menos habituando, hasta que podía uno animarse a meter el cuerpete entero. Cosa que hicimos por supuesto. No era para menos con el calor que hacía!
Vuelta a la casa y piscina. Nadé bastante. Estuve conversando también con RC, el papá de AC, un buen rato. Me contó de la bandera familiar (que flameaba en el mastil muy campante) de la historia de la familia, y hasta me estuvo mostrando unos libros que escribió una prima de él de Australia donde aparecía toda la familia. Interesante trabajo.
También hablamos del sistema de la piscina, que al ser construida tuvo problemas y finalmente recurrieron a un material plástico con una malla interior que contiene el agua más allá de la estructura de la piscina! Es increible y muy práctico. Estuve tomando nota para contarle a mi papá. Luego siestita bajo la sombra de la morera y la estatua del pescado hecha con herramientas de trabajo del campo.
Después fuimos a conocer la otra casa que han hecho construir los padres de AC: Casa das Oliveiras. Es preciosa y está muy bien pensada. En varios niveles, lo que más me llamó la atención eran los paneles solares que calentaban el agua del termotanque. Además, el sistema de llaves de agua que permitía cerrar por habitaciones el sistema, por si había un problema. La huerta también se merece su mención, porque tenía de todo tipo de vegetales y algunas frutas, pero lo más divertido era el sistema de riego, que se realiza gracias a vertientes que comparten los vecinos de la zona!
A la nochecita de nuevo hubo asado, pero esta vez de carne. Creo que le llaman picanha los portugueses. Estaba rica, me contaron que siempre comen carne de Brasil o Argentina y la verdad es que estaba muy muy tierna. Pero como el asado de mi papá no hay ninguno, así que le sigo rindiendo honor.
Después vismo un poco de tele, noticias de la BBC de Londres y una nueva serie llamada HEroes, medio weird y surrealista, pero que engancha. Super tranquila, en sintonía con el lugar, me fui a dormir esta vez acunada por un vino blanco chileno que, nuevamente, no pude rehusarme a degustar.
El lugar era un paraíso verdaderamente y es uno de esos lugares donde a uno le gustaría volver. Me hicieron firmar el libro de visitas en el que puse algo así como: "Muchas gracias por recibirme estos días en Casa de Santamaría. Se puede respirar la paz del lugar, tanto como la de sus habitantes. La vegetación, los perros, el gato, el pan casero, la piscina, el aloe vera: todo me hacía sentir como en casa. Siempre serán bienvenidos en mi casa de Argentina o donde quiera que viva. MSPC". Versiones en castelláno y en inglés, por supuesto.
El viaje de vuelta fue un palo en bus, 9 horas por Galicia desde Vigo hasta Madrid. Si queremos buscar algo positivo fue que conocí tooooodoooooooos los pueblos del lugar.
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